Como espíritu eres ilimitado, no estás confinado a las leyes que pertenecen a esta dimensión; pero estamos hipnotizados para creer eso.
Desde el día en que nacemos, comenzamos a evaluar las circunstancias, las situaciones y la familia en la que estamos, las comunicaciones verbales que ocurren entre padres y hermanos, la cultura en la que crecemos; Estamos en un estado hipnótico durante ese tiempo porque nuestras ondas cerebrales son lentas y nuestra atención es “específica”, quiero decir, es “aguda como un láser”.

Bendiciones amados