Declaro que mi espíritu se llena con la paciencia de Cristo, y que el amor en mi sobrepasa todas las cosas.
Declaro que no puedo ser detenido ni quebrantado, solo tu Padre puedes traerme al lugar donde puedo ser quebrantado, pero no las circunstancias.
Quitaré de mi el rotulo que dice “nunca olvidare” y hoy someto todas mis malas memorias a ti, todos los malos hábitos y fracasos, odio e ira, memorias de rechazo y pido que la sangre de Jesus lave y quite esas memorias de mi.
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell