Si intentamos ser uno entre nosotros mientras permanecemos en nuestras burbujas, resulta imposible, ya que estas no se conectan.
La Palabra de Dios no dice que nos conectemos en nuestras mentes o asambleas, sino que seamos unidos en el espíritu.
Si estamos inmersos en el espíritu, no importa si pensamos diferente, porque el pensamiento es de este mundo. Al estar en el espíritu, nos entendemos y nos amamos mutuamente.
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell