Mi experiencia con el arbusto ardiente la tuve mientras veía la película animada “El príncipe de Egipto” en el cine. Y cuando llegó la escena del arbusto ardiente, el teatro entero se llenó de la Gloria De Dios, fue como una lluvia del espíritu de verdad que vino sobre mi.
La impartición del cielo fue tan fuerte que no pude ver ni el resto de la película. Al terminar la película mi amiga y yo no podíamos ni movernos así que literalmente salimos arrastradas a gatas cruzando el centro comercial hasta el coche.
Puedes ser transformado por Dios en el momento menos pensado.
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell