Es a través del Espíritu Santo que nos es dado es entrar en contacto con nuestra persona celestial en las dimensiones celestes.
Cuando el Espíritu Santo es derramado se derrama la posibilidad de entrar y ver el Reino de Dios. A esta persona celestial se le va formando la mente de Cristo.
En lo natural los primeros 6 años determinan como vamos a ver la vida. Al entrar en el nuevo nacimiento también se empieza a formar la mente de Cristo.
Mi cerebro natural no puede comprender la mente de Cristo en cambio mi persona celestial puede obtener la mente de Cristo
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell