Cuando Moises regresó a sacar el pueblo de Israel de Egipto, el salió sin temer a Faraon porque el estaba viendo al invisible.
Algo ocurrió en ese encuentro que el tuvo en el desierto. Hay desiertos de Dios, hay desiertos que son una preparación para convertirte en general.
Todos los grandes hombres a los cuales usa Dios en plenitud de autoridad, experimentaron encuentros muy profundos en el desierto.
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell