Ministerio Voz De La Luz es un ministerio profético y apostólico con un mandato de Dios para formar y equipar a su ejército. Nuestra misión es entrenar creyentes en todo el mundo con un entendimiento profundo del Reino del Espíritu. Este entrenamiento se enfoca en la Resurrección de Cristo como la llave para el conocimiento y el encuentro con Su amor y poder.
Como un ministerio Profético, traemos la revelación de Dios, estableciéndola en la tierra. Asesoramos a los santos de Dios para expandir el reino oyendo y viendo lo que El Padre les dirige. Oír claramente la voz de Dios y vivir en el Reino del Espíritu es esencial para la vida todo creyente.
Como un ministerio Apostólico, hemos sido enviados para establecer los diseños de Dios, reformar y abrir nuevos caminos para avanzar Su Reino. Somos un ministerio pionero en la Nueva reforma del Espíritu.
Como un ministerio de Entrenamiento, tenemos una visión: Liberar ciudades y naciones. Creemos que el Reino de Dios se expresa en vidas transformadas. Es por eso que Voz De La Luz juega un papel importante en el entrenamiento de iglesias locales acerca de liberación y entendimiento del mundo espiritual.
Como un ministerio de Guerra, Ministerios Voz De La Luz ha emprendido numerosas iniciativas de oración en los sitios más conflictivos del mundo, llevando guerreros para interceder en lugares intensamente tomados por el enemigo, abriendo nuevas rutas de evangelización.
Hoy por hoy avanzamos el Reino de Dios haciendo descender los diseños del cielo, los cuales se manifiestan para deshacer los del diablo.
Como un ministerio de Oración, Ministerios Voz De La Luz enseña a las naciones las estrategias necesarias para tomar ciudades para el Reino.
LO QUE CREEMOS En Voz de la Luz… Creemos en un Dios, Padre, Todo Poderoso, creador del cielo y la tierra, de todo lo que es, lo que se ve y lo que no se ve. Creemos en un Señor, Jesucristo, el único hijo de Dios, eternamente agradado del Padre, Dios de Dioses, Luz de Luces, verdadero, majestuoso, y que es uno con el Padre. A través de ÉL, todas las cosas fueron hechas. Descendió de los cielos por nosotros y para nuestra salvación: por el poder del Espíritu Santo fue encarnado en la Virgen María, y fue hecho hombre. Por nuestro bien fue crucificado por Poncio Pilato; ÉL sufrió la muerte y fue sepultado. De acuerdo con las escrituras resucitó al tercer día; ascendió a los cielos y está sentado a la diestra del Padre.
Creemos que su reino es ahora. Que su Reino tal y como El lo dijo, está en medio de nosotros y no en una ciudad terrenal. EL fue interrogado por los fariseos y le preguntaron, “¿Cuándo vendrá el reino de Dios?’’, Jesús contestó y dijo: “El reino de Dios no vendrá con observancia ni dirán: “helo aquí” o “helo allá!“. Porque en verdad, el reino de Dios está entre vosotros (Lucas 17:20-21). Su reino no es físico sino espiritual.
Creemos en la obra terminada de Cristo, como el mismo lo estableció.
Creemos que los cuatro evangelios son el fin del Antiguo Testamento y que el ministerio de Jesús en la carne, como está escrito, fue únicamente a los Judíos. El Nuevo Testamento lo establece Jesús antes de ir a la cruz, no en su nacimiento. Por esta causa los evangelios deben ser leídos como el cumplimiento de todo lo que fue profetizado acerca de él en el Antiguo Pacto.
Creemos que Jesús predicó el Reino de Dios en el creyente. El mismo hecho de que EL ya es el Rey de Reyes y Señor de Señores prueba que Él ya ha recibido el Reino de su Padre. Creemos que Él gobierna en la Tierra, así como en el cielo, porque en Él ambos fueron unidos. (Efesios 1:9-10)
Creemos que ÉL está completo en nosotros y que se manifiesta a la vida del creyente de diferentes formas y en muchas ocasiones.
Creemos que la comunicación entre el hombre y Dios se ha restablecido como lo era en el Jardín del Edén por el sacrificio perfecto de Cristo y que nada queda por completar en relación con nuestra redención y herencia. Jesús hizo una declaración muy precisa, cuando se apareció a sus discípulos después de Su resurrección: Y les dijo: Éstas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; Lucas 24:44, 45 (Versión Reina Valera 1960) Creemos que este es un versículo clave para entender e interpretar las Escrituras del Antiguo Testamento.
La Iglesia
Creemos que la Iglesia de Jesús no es un edificio, sino el encuentro de los verdaderos creyentes. Cuando dos o más están reunidos en mi nombre yo estoy en medio de ellos. (Mateo 18:20) Creemos que Jesús quien construyó su iglesia, construyó individuos en su espíritu y un cuerpo unido de creyentes. Creemos que todos los verdaderos creyentes son parte de una iglesia universal, que es el cuerpo de Cristo. Creemos que la Iglesia debe ser una entidad en cada ciudad, funcionando como un solo cuerpo de creyentes. Creemos que la Iglesia nació necesariamente profética y apostólica. Estas no son las nuevas tendencias, sino la fundación. Creemos en los apóstoles y los profetas levantados por el Espíritu Santo para el gobierno, el orden, funcionamiento, y construcción de la Iglesia, según Efesios 2:20-23. Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Jesucristo mismo la principal piedra de ángulo.
Perseguimos la restauración de la verdad vs la cantidad de influencias externas, tradiciones judías contrarias a las palabras de Jesucristo y fábulas que se infiltraron en la Iglesia.
Creemos que Dios está restaurando el entendimiento de Su palabra para levantar una generación de Hijos de Dios con poder. Para esto hemos dedicado años de estudio en los manuscritos originales de la Biblia, en las fuentes históricas que fueron olvidadas por la Iglesia. Hemos indagado profundamente las fuentes de falsedad que se introdujeron y oscurecieron el entendimiento del pueblo de Dios.
Tenemos estudios muy profundos para demostrar la verdad y llevar al pueblo de Dios a nuevos niveles, llenos de la gloria de Dios.
En Voz de La Luz, vivimos lo que predicamos.