Jesus les dijo a sus discípulos “Si eres uno como yo soy uno con el Padre y eres uno conmigo y con el Padre el mundo va a creer.” Y esto es algo que el les decía que iba a suceder mientras estaban vivos.
El problema en la iglesia moderna radica en que hemos separado al Espíritu Santo de Cristo y del Padre, creando la percepción de tres dioses distintos. Algunos dicen tener a Cristo pero no al Espíritu Santo, lo que implica una división.
En el Evangelio de Tomás, Jesús advierte a sus discípulos: “Si tienes tres dioses, no tienes a ninguno.”
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son uno. Jesús regresó como el último Adán para unirse a su iglesia, diciendo: “No te dejaré huérfano.” El mayor desafío de la iglesia es el espíritu de orfandad, ya que muchos esperan algo que Jesús nunca dijo. No hay ninguna escritura en la que Él declare que regresará a Jerusalén en un cuerpo físico o establecerá un reino en esta tierra.
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell