La fe del creyente que nos justifica es el irnos transformando en la imagen de Cristo, mirando a cara descubierta como en un espejo, la gloria De Dios.
El verlo me va trasformando en esa misma imagen, nos vamos transfigurando.
Necesito ajustar mi mente para creer que esto es posible. La mente griega con la que hemos sido entrenados no puede romper esta estructura, por eso la pasan al futuro, porque no la entienden ni la viven.
Bendiciones amados,
Ana Méndez Ferrell